lunes, 12 de noviembre de 2007

Preparadas para el embarazo


Aunque en ocasiones la gestación se produce de forma inesperada, en la mayor parte de los casos, la mujer busca el embarazo. Los preparativos previos influyen en la rapidez con la que se logre y en el buen desarrollo del mismo.

Estos son algunos consejos

Alcohol, tabaco y embarazo, una mala relación. Antes de saber que está embarazada pueden pasar varias semanas durante las cuales el feto ya se está desarrollando. En este tiempo, sobre todo, entre las dos y ocho semanas posteriores a la concepción, el consumo excesivo de alcohol y tabaco pueden alterar el crecimiento del embrión y provocarle serias malformaciones.

Por eso, si una pareja desea un embarazo, lo mejor es que la madre no consuma estas sustancias, y cuanto antes deje de hacerlo, mejor, por el bien del feto.

La psicología de la embarazada fumadora sería: fumar en el embarazo aumenta el riesgo de hiperactividad en el hijo y fumar en el embarazo aumenta la tensión arterial de los recién nacidos.

Los hijos de mujeres que fumaron en el embarazo tienen más riesgo de infarto Ácido fólico. En los países desarrollados cada vez son menos frecuentes las deficiencias de ácido fólico, una vitamina del grupo B, pero nadie está a salvo.

La carencia de folato durante el embarazo se asocia con defectos del tubo neural (malformaciones congénitas que afectan a la formación del sistema nervioso central) como la anancefalia y la espina bífida.

Estas alteraciones del desarrollo se producen durante las primeras semanas de gestación; cuando se debe cerrar el tubo neural, por lo que tomar esta vitamina después de la fecundación no es útil.

Consulte los alimentos ricos en folato: expertos piden reforzar los programas con ácido fólico para mujeres.
¿Necesita el bebé ácido fólico?

En este sentido, ¿deben estar vacunadas contra la rubeola? Esta inofensiva enfermedad vírica que afecta sobre todo a los niños se transforma en un grave peligro para el feto cuando una embarazada la contrae. Lo más normal es que una mujer que alcanza la edad reproductiva esté inmunizada, bien por la vacuna(está incluida en la triple vírica), bien por un contagio anterior. Pero existen casos en los que no es así y el virus infecta a una embarazada. Si el feto se contagia, algo bastante probable, desarrolla el Síndrome Congénito de la Rubéola, que puede provocarle graves malformaciones y retraso mental.

La solución es sencilla. Antes del embarazo se realiza un análisis de sangre en busca de los anticuerpos de este virus. Si están presentes quiere decir que existe inmunización. Si no, se aplica la vacuna y desaparece el riesgo.

Los análisis dicen que estoy inmunizada contra la rubeola. Muchos de los fármacos que tomamos, unos más comunes que otros, son potencialmente dañinos para el feto.

Antidepresivos, antiepilépticos, antibióticos e incluso antiinflamatorios pueden alterar el desarrollo del embrión. Lo mejor es consultar con su ginecólogo acerca de la teratogenia de los medicamentos y, en caso de no poder abandonar el tratamiento, si existen otras opciones más seguras. Algunos medicamentos para la epilepsia aumentan el riesgo de malformaciones y muerte fetal. El empleo de un tipo de antihipertensivos se relaciona con malformaciones congénitas.

Más datos sobre el efecto de los antidepresivos durante el embarazo

Las mujeres reciben poca información sobre los fármacos que pueden dañar al feto. Estar en el peso adecuado. El exceso de peso de la madre es un factor de riesgo para el embarazo y el parto. Las mujeres con un índice de masa corporal mayor de 25 tienen más posibilidades de sufrir complicaciones así como las que tienen un IMC demasiado bajo. Afrontar la gestación con un peso normal es lo ideal. Por ello, existe un mayor riesgo de defectos congénitos en los bebés de madres obesas. Además, hay más cesáreas en mujeres con sobrepeso.

Enfermedades hereditarias. Existen dos herramientas para detectar este tipo depatologías. Por un lado, se puede hacer una historia familiar para determinar las posibilidades de que un bebé nazca con una enfermedad concreta y, por otro, se puede realizar el diagnóstico previo a la implantación del embrión.

Estos métodos están recomendados para aquellas mujeres o parejas con antecedentes familiares de trastornos hereditarios como la fibrosis quística o la anemia falciforme. Una nueva técnica mejora el estudio genético de los embriones.

La esperanza de salvar a un hijo Toxoplasmosis. Una mujer embarazada puede trasmitir esta infección parasitaria al feto. Los efectos sobre el bebé varían desde infecciones locales hasta retraso mental o la muerte, y suelen ser más graves cuanto antes se produzca el contagio.

Esto significa que una mujer con toxoplasmosis debe esperar a curarse para quedarse embarazada. Durante el embarazo las precauciones deben ser máximas. Para ello, se recomienda no comer carne cruda, lavar bien los alimentos, utensilios de cocina, etc. y mantenerse alejada de los excrementos de los gatos puesto que es en el intestino de estos animales donde se reproduce el parásito.

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